Crítica exprés: «Tesis Sobre un Homicidio»

Sólo leyendo el título y el argumento de la película te esperas un interesante e intenso thriller que te mantendrá intrigado durante toda la película hasta conocer la identidad del asesino en un apoteósico. Pronto de das cuenta que la película es como esos caramelos que en el envoltorio prometen se súper ácidos y que cuando te los metes en la boca, efectivamente lo son… pero sólo la primera capa del caramelo, a los siete lametones se esfuma.

La trama de «Tesis Sobre un Homicidio» gira entorno a las investigaciones  de un abogado y profesor sobre un asesinato que se produce frente a la Facultad de Derecho dónde imparte clases. Desde el primer momento sospecha de uno de sus alumnos (así, porqué sí) y la trama no deja de dar vueltas sobre lo mismo.

Es cierto que inicialmente la historia engancha, tiene varios diálogos fantásticos y algunos planos muy interesantes. Sin embargo, la trama cojea en muchos aspectos, vamos que tiene más agujeros que un queso gruyere. Algunas de las deducciones a las que llega el profesor parece que son gracias al Espíritu Santo. No os quiero detallar mucho porque en este tipo de thrillers con casi cualquier dato que os dé me cargo parte de la peli, pero si la veis os daréis cuenta enseguida de a qué me refiero. Además, como bien os dirán en la película (y no os dejarán de repetir), la importancia está en los detalles.

En cuanto al reparto, el protagonista indiscutible es Ricardo Darín, cuya interpretación sigue su línea, aunque no es uno de sus papeles más destacables, sinceramente (os recomiendo mejor verlo en «Relatos Salvajes»). Alberto Ammann me ha decepcionado un poco, no me lo he creído demasiado, pero también es cierto que con «Celda 211» dejó el listón muy alto. Sin duda, el papel que hace aguas por todos lados es el de Calu Rivero, que es una monada, pero es tan creíble como la sonrisa de Mariano Rajoy…

• Lo mejor: la primera media hora o tres cuartos de la película.
• Lo peor: la escena de Calu Rivero en el baño y el intento de final, que quiere ser muchos finales pero no es ningún final.

La chica de la séptima fila