El mundo en un hexaedro

Ahora sí que sí. Me faltan por ver 2 películas de las 8 nominadas al Oscar a la Mejor Película, pero creo que ya he encontrado mí favorita, y no creo que las 2 que me quedan por ver vayan a fascinarme más. «Room» ha sido mi gran sorpresa de las nominadas de este año.

El argumento no deja indiferente a nadie: Jack y su madre viven en una pequeña habitación con una claraboya, que para ellos es el mundo entero. Y es que ella fue secuestrada a los 17 años y es en esa habitación dónde dio a luz a Jack, por lo que el pequeño no conoce nada más que esas cuatro paredes. Por las noches el pequeño duerme cobijado en el armario, mientras su madre recibe la visita del viejo Nick, que no viene para nada bueno. Pero el pequeño Jack va creciendo, y empieza a preguntarse que hay fuera de ese hexaedro.

El guión está basado en un libro de Emma Donoghue, y ella misma ha sido la encargada de adaptarlo. La durísima historia que nos cuenta te engancha desde el primer minuto. Tiene una clara división en dos partes, y la escena que las divide te deja sin respiración durante unos minutos, hasta que prácticamente te quedas azul. La primera parte especialmente es sublime, un torrente de sensaciones. La segunda parte digamos que sería más «convencional», pero permite que la historia fluya y que los personajes evolucionen. Los diálogos no son poéticos, ni innovadores, son íntimos y profundos, que es justo lo que el film necesita para llegar al espectador. No se ceban en escenas desagradables, ni exageradamente dramáticas, pero aún así consigue ser asfixiante y mantenerte en tensión en todo momento. Realmente la magia de esta película se basa en la sencillez que la envuelve. Es una historia de amor, supervivencia y superación, y cuando has terminado de verla te preguntas como puede haberse rodado una película tan desgarradora y tan bella al mismo tiempo.

Y creo que ya tengo asignado el Oscar al Mejor Actor. And the Oscar goes to… ¡Jacob Tremblay! Mi Oscar al Mejor Actor va para él, y ni siquiera está nominado. Es una maravilla la naturalidad con la que actúa este pequeño, totalmente impropia de su edad. Pero es que con Brie Larson pasa exactamente lo mismo, su interpretación es conmovedora, y tengo claro que se merece el Oscar al que aspira y que debe llevárselo. Juntos hacen un precioso tándem rebosante de talento, y con una química tan visible que suponen la fuerza motriz de esta película.

*¡Ojo! NO os recomiendo ver el trailer antes de ver la película, ¡pero allá vosotr@s!

• Lo mejor: Brie Larson y Jacob Tremblay están absolutamente maravillosos, y los monólogos interiores del pequeño están llenos de belleza.
• Lo peor: alguna escena del final está puesta a modo de «escena de lagrimilla».

Sólo os diré una última cosa, sólo tres palabras… tenéis que verla.

La chica de la séptima fila